De Fabio Morábito. Otro auto que intenta arrancar junto con el día. 
(Y ya que hablamos del sonido, es muy lindo escucharlo con su particular pronunciación y enunciación).
Oigo los coches
En la mañana oigo los coches 
que no pueden 
arrancar. 
A lo mejor, entre los árboles, 
hay pájaros así, 
que tardan en lanzarse 
al diario vuelo, 
y algunos nunca lo consiguen. 
Me alegro cuando un auto, 
enfriado por la noche, 
recuerda al fin la combustión 
y prende sus circuitos. 
Qué hermoso es el ruido 
del motor, 
la realidad vuelta a su cauce. 
¿Cómo le harán los pájaros 
para saber en qué momento, 
si se echan a volar, 
no corren ya peligro? 
¿Qué nervio de su vuelo 
les avisa 
que son de nuevo libres 
entre las frondas de los árboles?
 
 
1 comentario:
Aquí, además de ser clarísima la transmutación de la realidad que obra ese "ruido textual", el proceso va acompañado de magníficas sonoridades en el propio tejido textual: Los cinco o seis primeros versos, por ejemplo, al escucharlo en la voz de Morábito resuenan, para mí, sobre todo por sus vocales.
Otro hallazgo de este texto es la confrontación de planos "sonoros", coches frente a pájaros.
Buena serie, sí...
María
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