Querido Rez: nos entendemos en todo.
De Uriel Accosta: A Play and A Fourth Group of Verse
22
Pasada su enfermedad, él seguía en cama.
Veía por la ventana cuando no había escarcha
nubes y la rama de un árbol.
Los pájaros cruzaban el cielo,
o un gorrión saltaba entre ramitas.
Él observaba, quieto como la rama;
le parecía que su sangre estaba fresca como savia.
Cuando movía las manos o el cuerpo se movía despacio,
como la rama en el crepúsculo.
Sus padres pensaban simplemente que todavía estaba débil.
En marzo estuvo bien. A menudo cuando entraba a su cuarto,
iba hasta la ventana unos minutos y se quedaba mirando
el árbol.
Y lo miró brotar y las hojitas y las hojas ya
crecidas y las hojas colorearse y caer.
Los padres habían perdido su dinero. Vendieron la casa y
tenían que mudarse.
Subió a su cuarto por última vez.
El tronco del árbol, ramas y ramitas estaban quietos.
Pensó: “El árbol es simétrico... y todo lo que crece...
... en forma... y en cambio a través de los años. Así es
mi vida... y todas las vidas”.
Bajó las escaleras cantando alegremente.
Su padre dijo: “Tantos problemas, y éste canta”.
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