25 de abril de 2011

Un título -- algo es algo

No, es que la semana pasada soñé que estaba leyendo, o por momentos escribiendo, un libro que se llamaba "La moral de los sueños".


15 de abril de 2011

Primeros intentos

Soy sólo una estudiante de italiano; estoy en cuarto. Este poema de Sandro Penna siempre me encantó. Poder explicar ese silencio respirado que se arma bajo la luna, todas las cosas que pasan si la luna sube. Todas las cosas que se modifican. Que un silencio así tenga cadencia, que un silencio sea un canto que se va alunando, quedándose dormido. Y además ese momento raro, de intimidad y soledad al mismo tiempo, que es ver dormir al otro. Al amante, digamos, o al amado. Y estar uno lo contrario de dormido: estallando. De quietud y silencio. Puse las dos versiones: porque disfruto tipeando en italiano, y para que quien sepa me corrija. Grazie. (La luna de la foto es uruguaya, no italiana. Pero bueno.)





La luna de septiembre...

La luna de septiembre sobre el oscuro
valle adormece el canto de los campesinos.

Una cadencia insiste: casi lenta
respiración de animal, en el silencio,
zarpa el valle si la luna sube.

Otro respira aquí, dulce animal
también él silencioso. Pero un tumulto
de vida en mí repite antigua vida.

Más vivo que esto no estaré jamás.


La luna di settembre...

La luna di settembre su la buia
valle addormenta ai contadini il canto.

Una cadenza insiste: quasi lento
respiro di animale, nel silenzio,
salpa la valle se la luna sale.

Altro respira qui, dolce animale
anch'egli silenzioso. Ma un tumulto
di vita in me ripete antica vita.

Più vivo di così non sarò mai.


Sandro Penna


6 de abril de 2011

Mirándoles la cara a mis traducidos

Robert Aickman

                                                                 Michael Holroyd


¿Será un dato válido para tomar ciertas decisiones lingüísticas?

4 de abril de 2011

Las palabras se las lleva el diablo

1 de abril de 2011

Los inicios son sexis


Temprano a la mañana hay ese momento emocionante en el que cada palabra, tanto en inglés como en castellano, vibra de sonido, sentido y asociaciones; todas parecen estar diciéndome tanto! recordándome cosas... haciéndome pensar otras por primera vez... Los dos idiomas se miden y se funden, y por unos minutos todas retozamos (las palabras y yo) en una matutina orgía etimológica.