10 de diciembre de 2010

¿Sabés lo que escuché?


Por la calle o desde la ventana o desde un árbol, un sonido. Que por alguna razón transforma el momento. Tratar de pasarlo a la escritura y ver si logra también transformar el momento escrito; si logra correrlo de dimensión, o redimensionarlo, como hizo --seguramente por muy poquito tiempo--, con el momento vivido.  Cuando sale bien, está buenísimo. Para mí no es muy fácil. Por eso me voy armando mi galería de maestros del sonido textual, a ver si me enseñan cómo lo hicieron, aquella vez, en aquella línea.



Fabio Morábito, Amos Oz, Antonio Di Benedetto, Víctor Gaviria. Sonríen porque les sale bien.

4 comentarios:

t/ dijo...

jajajajaja

Claaaaro. Brillante(s).

Anónimo dijo...

Es muy interesante esta reflexión, pero me gustaría verlo en un ejemplo, ese "sonido textual" del que hablas, para el que no sé si tengo alguna referencia concreta...

María

Anónimo dijo...

Morábito no sonríe. ¿O eso es una sonrisa?

Laura Wittner dijo...

yo la veo como una sonrisa seria, medio contenida...