Del día que iba caminando por la calle, creo que era Pasteur, y vi en la pared un afiche que anunciaba el primer número de Diario de Poesía. Si no me equivoco, estaba Nabokov en la tapa. Me vino un gran entusiasmo; fui a buscarlo y me lo compré. Desde entonces, casi siempre. Y ahora el Diario cumple 25 años, con lo cual andá a saber cuántos tendré ya yo. Yayo. Bueno, más allá de eso, para mí es un gran honor que me hayan invitado a leer en su fiesta de cumpleaños. Es el jueves a las seis. Y tengo muchas ganas de escuchar a mis compañeros de mesa.
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