18 de octubre de 2012

You talkin' to me?


Yes; this bastard me ha estado hablando exclusivamente a mí toda la semana, arrastrándome de estado en estado, como si no hubiera yo pensado ya todo lo que dice en su nuevo libro, que no es por otra parte ninguna novedad; y aun así.
Un ejemplito es el dañino romance mente-cuerpo, esos dos que quedaron abrochados desde la eternidad y uno o una que se empeña en discernirlos para aplicarles a cada cual su vara. Pues no. 

"Al hablar --muy a menudo-- de la angustia en este diario no hablo del alma, ni siquiera hago psicología, permanezco más que nunca en el registro del cuerpo, ¡ese jodido nudo de nervios!".

Después de años de investigación estoy en condiciones de transmitirles la buena nueva de que podemos acceder a una a través del otro y al otro a través de una. Disolver la angustia del músculo rotador con una conversación estimulante o desbaratar lo que se perfila como el salto a la apatía con un café negro y una medialuna de grasa de las brillantitas. ¡Ajá! ¡Creyeron que me iba a salir con la obviedad del psicoanálisis y el yoga!

"¡El recuperado sabor del café tras todos esos años de achicoria! El café negro, fuerte, amargo. Ese mordisco en la boca que requiere, en cuanto se ha bebido el trago, un pequeño y satisfecho chasquido de la lengua. Esa quemadura detrás del esternón que azota y despierta, que acelera los latidos del corazón y conecta las neuronas". 

(La traducción es de Manuel Serrat Crespo, que logra solucionar muchas de la puteadas --aunque no todas-- sin caer en españolismos. Está muy bien la tradux).

1 comentario:

Mirita dijo...

oh! Pennac! ya quiero leerlo, me mira desde la pila...