25 de junio de 2011

Retiro lo dicho

Porque sigo leyendo a Pennac, y me cae tan bien que logró recordarme, o volver a enseñarme, lo  feo y vano que es hacerse la canchera y decir sacate la pipa para la foto y cosas por el estilo. Gallita de secundaria. Pennac fue muchos años profesor de secundaria.

Y en el libro que estoy leyendo ahora, Mal de escuela, dice entre otras cosas esto que me resulta muy exacto, me hace revivir la sensación, una sensación que sin embargo nunca había logrado articular:

"Fueran cuales fueran mis terrores infantiles al acercarse un dictado --y sabe Dios que mis profesores practicaban el dictado como una razia de ricos en un barrio pobre--, siempre sentí la curiosidad de su primera lectura. Todo dictado comienza por un misterio: qué van a leerme ahora?".

A Pennac le iba muy mal en los dictados, y a mí me iba muy bien. Pero a él le dictaban, le leían, textos mágicos, y a mí en el nunca lo suficientemente vilipendiado normal 4 me dictaban cosas malignas de tan horrendas. Aun así, con cada nuevo dictado yo renovaba la ilusión. Qué me van a leer, qué es lo que estoy escribiendo casi a ciegas?

8 comentarios:

nat dijo...

Pennac es un grande. Lamentablemente son casi imposibles de conseguir acá sus obras de ficción. Pero son imperdibles sus novelas sobre la tribu Malaussene, y también sus libros para chicos y jóvenes. Hay que revolver en las librerías de usados o viajar o tener amigos que viajen. Vale la pena la búsqueda.

Laura Wittner dijo...

en caleidoscopio tienen dos de sus novelas "juveniles"!

nat dijo...

¿Las de Kamo? Recomendadísimas! No son fáciles de encontrar ya.

nicolás schuff dijo...

de kamo hay varios ejemplares en caleidoscopio, sí. no levanten la perdiz. ahora me puse a leer mal de escuela por su culpa. ta buenísimo.
saludos

Laura Wittner dijo...

nicolás, tu blog está lleno de cosas que me gustan.

nicolás schuff dijo...

qué bueno, laura. es recíproco. pasate a buscar un kamo algún domingo. salut.

laura dijo...

justo tengo un kamo en la mesa de luz, lo encontré hace unos meses en un puesto que vende libros usados en el mercado de frutas, verduras, etc, elegís el que querés y ponés 1 euro en una alcancía. es genial.
estoy lejos, pero lo presto.

Laura Wittner dijo...

ay, laura, en cuántas cosas coincidimos, viste?